Las Historias de Ibrahim

Ballenas en la costa patagónica


Cuando uno comienza a conectarse con la vida, desaparece –de cierto modo- todo aquello que resulta intrascendente a la luz de nuestro crecimiento.

Pero… ¿qué significa esto? ¿Significa que, si eso intrascendente es un piedra, alguien la quitará de nuestro camino tan solo para que no tropecemos con ella?

No. Significa, ni más ni menos, que desaparecerá de nuestra cartera de prioridades, valoraciones y decisiones, todo tipo de preocupaciones y ataduras que solo nos anclan a la mediocridad de una vida malgastada.


Lograrlo nos conectará a todo lo que existe, pero desde el concepto de unidad. Todos somos UNO. Entonces… y bajo esta concepción… ¿Quiénes de nosotros podríamos darnos el lujo de estar preocupados por cualquier cosa, cuando hay tanto para ver, sentir, valorar y admirar?

El mundo está lleno de milagros. Eso significa que cada lugar y persona tiene los suyos. Pero el mundo también está lleno de trampas y distracciones que nos voltean la mirada a cada instante.


Es ahí donde entra a jugar la actitud con la que nos movemos en la vida…



¿Compartimos un milagro?
Bueno. Muchos de ustedes no me conocen. Les cuento que vivo cerca de Puerto Madryn, una ciudad ubicada a 1250 kilómetros de Buenos Aires. Puerto Madryn es, –sobre todo en esta fecha- sinónimo de ballenas: el milagro que hoy quiero compartir.


¿Nos metemos en su mundo?
Bien. La ballena franca austral es un cetáceo que, al nacer, mide entre 4 y 6 metros y pesa 3 toneladas. Crece a razón de tres centímetros y medio por día, hasta superar los 12 metros y las 50 toneladas cuando es adulto. La hembra suele ser más grande que el macho.

En otoño (entre mayo y junio) y por el término de 7 meses, se adueñan del Atlántico Sur y llenan de manchas negras el mar azul, conformando un espectáculo natural de saltos y de tiernas escenas entre madres y crías. Un espectáculo sin igual.


¿Por qué nos visitan? Porque este es el lugar elegido para su apareamiento.

La gestación dura un año y cada hembra da a luz tan sólo a una cría por vez. Los dos años siguientes al nacimiento, la ballena madre se dedica en forma exclusiva a su cría. Durante los primeros 12 meses, la amamanta y no se separa de ella. Al año siguiente, procura que aprenda a valerse por sí misma.

¿Hasta cuando se quedan? Hasta noviembre o diciembre, época en que emigran hacia los mares más australes en busca de alimento.

Una de las curiosidades de la vida de estos mamíferos marinos radica en su alimentación, porque mantienen sus toneladas de peso a base de alimento microscópico que dejan entrar a través de las barbas que revisten su boca. Las ballenas no tienen dientes sino barbas que atrapan el krill y el plancton cuando llenan de agua su boca.


El Canto de las Ballenas
Las ballenas pueden producir secuencias de sonidos largas y complejas, que repiten una y otra vez. De aquí que llamemos "canto" a sus emisiones sonoras, que tienen además- estructura repetitiva. "Cada Canto" puede durar hasta 30 min. y está compuesto por frases sonoras reiterativas.


Según estudios del científico Roger Payne sobre el canto de la ballenas Jorobadas, "...cada canto contiene de 2 a 9 temas conectados entre si, sin pausas, de modo que una larga sesión de cantos es un río exuberante e ininterrumpido de sonidos que pueden fluir durante 24 hs. o más. Estas ballenas mezclan en sus cantos elementos de percusión, en proporciones matemáticas similares a las que usan los humanos en la música sinfónica. La calidad de sus notas cuenta con infinidad de sonidos, al igual que los humanos. Lo más s
orprendente de su canto es que emplean rimas, tienden a cambiar su canto y lo hacen de manera continua. Al cabo de 5 años emiten un canto completamente nuevo".

En el análisis de estas variaciones Roger Payne concluye en una hipótesis; "Los cantos de las Ballenas podrían contener un significado comparable o superior a las especulaciones más imaginativas de un investigador".


Sonido, Agua y Ballenas
Se sabe que la velocidad del sonido, al propagarse por el mar, es 4 veces más veloz que por el aire. Se podría calcular su velocidad subacuática en aprox. 1.500 mts./ seg.

Se entiende entonces que 2 ballenas puedan comunicarse aun separadas por enormes distancias, lo cual sugiere la posibilidad de que grupos de Ballenas se comuniquen con otros grupos en las profundidades de un extremo al otro de un océano, y entre océanos. Ciertos registros científicos sostienen la posibilidad de comunicación a través de su canto, a 1.000 km. de distancia.

Todas las Aguas del Planeta están impregnadas de su canto y es el agua la que registra esta impronta, transmitiéndola a su vez a todo ser vivo (lo que está demostrado por los estudios de Masaru Emoto).

¡¡¡Siempre hay una ballena cantando en algún lugar!!!!



Avistaje en la costa patagónica… Para tener en cuenta…
Como decíamos, los Golfos Nuevo y San José, que rodean a la Península Valdés, en Chubut, son el lugar elegido por la ballena franca austral para procrear y amamantar a su descendencia.

El espectáculo está al alcance de los sentidos. Basta con trasladarse hasta Puerto Madryn. Pero, si nos queremos alejar de la ciudad, tenemos múltiples opciones desde este punto estratégico. Les menciono 2:
  • Puerto Pirámides a 100 kilómetros (al oeste)
  • El Doradillo, a 17 kilómetros
Ambos caminos se pueden hacer en auto y nos acercan a playas espléndidas. Pero para hacer el tan conocido “Avistaje de ballenas” hay que viajar hasta Pirámides.

Empresas de turismo locales ofrecen la excursión completa, con el traslado incluido desde Puerto Madryn. La excursión de mediodía comprende sólo el traslado y el avistaje. La de día completo incluye un recorrido por el resto de la Península Valdés, visitando asentamientos de lobos y elefantes marinos, además de reservas de aves.

La excursión de avistaje consiste en un paseo en lancha que nos permite acercarnos a los animales. ¡Permanecer en el mar, con estos gigantes alrededor, es una experiencia única!


Conviviendo en el milagro
El mundo, y sobre todo nuestro país se encuentra tan convulsionado, que a veces nos cuesta encontrar una salida. Es cierto. Soy parte de este juego, como lo son ustedes.

Pero no todo está perdido.

Sin restarle importancia a lo que es importante, los invito a que tomen un respiro y a que se olviden de todo, por un momento… ¿Quién sabe? A lo mejor a partir de él, comiencen a manifestarse las respuestas, que, en medio del caos no podemos percibir.

¿En donde encontraremos ese respiro? En cualquier parte… en nuestra familia, en una salida con amigos, en una cena especial con nuestra pareja... ¡En la naturaleza que se despliega generosa a nuestro derredor!

Conectándome con la vida...

UN ALMUERZO DIFERENTE
Hace unos días, mientras almorzaba en uno de los paradores más conocidos de la costa de Puerto Madryn, tuve el privilegio de hacerlo en compañía de estas amigas tan particulares…

A muy pocos metros del lugar en el que me encontraba, 4 o 5 ballenas no dejaban de jugar, de saltar, de inmortalizar su cola en un cielo celeste, que se confundía con el mar… Madres y crías nos regalaban un show de amor sin igual…

Su cercanía era tal que, sentí que podía tocarlas si ingresaba al mar y nadaba hacia ellas tan solo unos minutos.

Como las ventanas del resto estaban abiertas, podía escuchar el canto armonioso y profundo de estos cetáceos que, ingresaba sin pedir permiso. Una mezcla de silbido, con agua estallando a los 4 rumbos. ¿Se lo imaginan?

Todos los que estábamos en el lugar detuvimos un instante nuestro reloj y nos perdimos, asombrados y maravillados, en ese momento... en ese show generoso que nos estaba regalando la naturaleza a cambio de nada…

¿Qué más podía importar?

Frente a la majestuosidad de la naturaleza desaparecen las mezquindades y nuestro ego se toma un respiro, porque ¿qué somos nosotros frente a la inmensidad? ¿qué son nuestros problemas frente a la totalidad?


DESDE EL MUELLE…
A 2 cuadras del departamento de mi mamá se encuentra uno de los puertos de la ciudad: el Muelle Comandante Luis Piedrabuena. En ese muelle atracan cruceros de distintas banderas del mundo, y hace unos años fue recuperado para la comunidad de Puerto Madryn como espacio público de recreación y esparcimiento.

Bien, ese muelle se encuentra abierto al público e ingresa varios metros al mar. Unos de los paseos característicos de residentes y turistas, es recorrerlo, de punta a punta.

Aquí las ballenas pasan largas horas jugando con nosotros. ¡Podemos pasar el día entero contemplándolas! Y no solo a ellas… también –y como para mencionar un ejemplo- a curiosos lobos marinos y gaviotas que planean sin cesar.


DESDE EL INDIO…
A unos kilómetros de este muelle se encuentra el famoso mirador de la ciudad llamado “El Indio”. Desde este punto panorámico se puede observar, primero, la infinidad del mar… y tras él toda la ciudad bordeando cada centímetro del Golfo Nuevo.

Solo necesitamos un equipo de mate y desconectarnos de todo nuestro mundo, para pasar una tarde inolvidable. Este, es otro lugar que nos permite admirarlas a cualquier hora del día…

¡Este panorama se extiende a lo largo de toda la costa! Solo tenemos que detenernos a mirar y a escuchar.

Mirar y escuchar. Tan solo observar… ¿Por qué nos costará tanto, algo tan simple?
Repito la frase de un amigo…

“¿en donde nos hemos perdido los humanos, en este proceso de humanización?”

¿Por qué nos olvidamos de lo esencial?

Yo pienso que, vivir en el milagro, es algo de cada día. Que es algo tan habitual como comer, dormir y trabajar. Pero que -la mayoría de nosotros-, nos encontramos demasiado ocupados como para conectarnos a él.

¡Qué lástima! Porque hacerlo nos acerca al mundo ideal. A ese mundo que soñamos y que en definitiva coexiste en el mismo mundo que habitamos hoy en día…

¡Todo es cuestión de actitud!