
Rubén Guillemi, Director Editorial de la revista Selecciones, visitó el año pasado los estudios de BWN Patagonia, y accedió abierta y generosamente a dialogar sobre temas de interés común, inherentes al ámbito de sus funciones. Los invito a repasar aquella nota que se publicó en el diario... http://www.diario.bolsonweb.com/
Haber dialogado con un hombre que posee tanta experiencia y conocimiento "a cuestas" , fue realmente un privilegio.
Rubén, ¿Cuando llegó a la zona y por qué nos contactó?
Llegué hace una semana, en búsqueda del material que necesitaba para escribir la historia de Ana María Suárez y el perdón y el abrazo que ella le dio al asesino de su hijo.
Considero que esta historia va a tener una gran repercusión, razón por la cual la vamos a publicar en Argentina y en el resto de Latinoamérica, como así también en España.
Bueno, buscando material para la misma llegué a Bolsonweb Noticias, y encontré en el sitio todo lo que necesitaba; esto es: desde información sobre el caso... hasta las distancias entre El Bolsón y diversos puntos del país.
Existe una gran coincidencia entre el mensaje que desea transmitir a través de esta nota, y el momento que vive una gran parte del mundo, que lucha por la paz desde la generación de conciencia. ¿No? Rubén, todos conocemos la revista selecciones, pero Usted... y desde el rol que ejerce en ella... ¿cómo la definiría?
La revista se fundó en el año 1922 y la edición latinoamericana se lanzó en el año 1940. Hasta el año 2000 la edición que recibíamos en la Argentina se hacía en México y para toda Latinoamérica.
En el transcurso de ese año abrimos una oficina editorial en Buenos Aires para Argentina y los países limítrofes en Español. A partir de ese momento contamos historias locales.
La filosofía de la revista Selecciones es precisamente contar historias de vida de personas que se sobreponen a dificultades logrando salir adelante y mostrando cómo se puede salir de la adversidad…
Y bueno, este caso de El Bolsón, trata sobre eso y refleja cómo alguien que recibe un daño enorme lo puede transformar en un gesto de amor.
Este cambio, esta inclusión de una casa editorial en Buenos Aires ¿tiene que ver con alguna visión nueva que se tenga desde la revista, respecto de Latinoamérica y de los cambios que se están produciendo?
Las historias contadas localmente llegan más a la gente. Todos los países están intentando abrir ediciones locales, porque más allá de que la filosofía sea la misma, a las historias hay que contarlas de distinta forma.
Antes recibíamos historias norteamericanas, porque bueno, la revista se hacia en Estados Unidos y se traducía para toda Latinoamérica.
Ahora mi trabajo es seleccionar el material que le puede o no interesar al público lector argentino, porque evidentemente no posee la misma filosofía o mejor dicho estilo de vida que un mexicano o un norteamericano.
¿Cómo siente que recepcionan los argentinos este tipo de mensajes? y me refiero a mensajes de amor, paz y superación frente a la adversidad
La revista siempre fue una revista de bajo perfil, pero te cuento que en este momento es la más vendida de toda la Argentina, con una venta estimada en 150.000 ejemplares mensuales. La mayor parte son suscriptores, pero la revista es la más vendida.
La bondad y la buena onda, o como quiera llamarse, siempre tienen bajo perfil. Lo que hace más ruido es lo negativo, pero la mayor parte de los humanos vivimos "en" y luchamos "por" la paz.
Generalmente los periodistas, nos concentramos en el problema y no en lo que está bien…
De ahí que impongamos las malas noticias, por sobre las buenas y las que son capaces de construir.
Yo pasé de trabajar en El Clarín, en donde cubría guerras y conflictos internacionales, a trabajar en Selecciones.
Esto es, pasé de hablar de lo que estaba mal, a hablar sobre lo que está bien y estoy muy conforme con lo que recibo.
¿Cual es su visión del momento que vive hoy la Argentina?
Hace unos años estuvimos haciendo un estudio sobre la honestidad del argentino. En ese tiempo nos dedicamos a “perder” billeteras con $50,00, viniendo incluso a El Bolsón "a perderlas"…
Esas billeteras contenían los datos de sus dueños (que éramos nosotros) para que, quien quisiera, pudiese devolverlas. Con esta experiencia observamos la reacción de la gente y el 40% las devolvió.
Creo que existe una visión muy negativa de lo que creemos los unos de los otros, cuando la realidad es muy diferente. Yo tengo esta idea optimista de que la inmensa mayoría de la gente está trabajando en algo diferente y que los frutos se verán en algún momento.
¿Y cual es su percepción sobre la situación por la que atraviesa el mundo, sobre todo cuando la revista selecciona casos de diversos lugares y puede hablar desde ópticas y realidades diferentes?
Hasta el año 2000 estuve trabajando en la sección “Internacionales” de El Clarín, y lo último que me tocó cubrir fue la guerra de Kosovo.
Bien, te puedo decir que, así como la guerra saca lo peor, también saca lo mejor de las personas.
Y en este trabajo he vivido historias impresionantes, como por ejemplo, la de un señor de Albania quien, albergaba en su casa al menos 100 refugiados de guerra.
En los países árabes también vivencié historias de solidaridad muy fuertes. Sin ir más lejos, Irán es un país que ahora tiene muy mala prensa, pero a mi me albergó, y me hizo sentir “como en casa”.
De esta manera vemos como coexisten, por un lado, la historia oficial y por el otro, la historia que “escriben los otros”.
Existe una historia que escriben los que mandan y otra la que escriben los dominados. Yo trato siempre de buscar y escuchar las dos…
En realidad es todo tan complejo como la naturaleza humana misma. Y hoy, los seres humanos nos caracterizamos por hablar mucho de lo que escuchamos decir a alguien, aunque no sepamos de qué se trata. Rubén, el haber trabajado "dentro" de la guerra como corresponsal de guerra ¿qué cambios produjo en Usted? Porque sin lugar a dudas, el ver y vibrar situaciones limites debe movilizar en uno todas las estructuras que trae consigo ¿no?
Más que de guerras, puedo hablar de lo que me arrojó el haber viajado mucho.
A mi me costaba manejar el tema de los prejuicios, sobre todo cuando alguien me preguntaba ¿qué te pareció tal persona?, a los diez minutos de haberla conocido y yo no sabía qué responderle; porque tanto a una persona, como a una situación, no se las puede conocer ni describir luego de diez minutos de haber tomado contacto con ellas.
Los países árabes, por traerte un ejemplo a colación, viven una realidad tan diferente a la nuestra, que diez minutos no alcanzan para describir nada, y hablar desde nuestros prejuicios puede ser muy peligroso, porque se vería tergiversada la realidad.
Entonces, una de las cosas que cambió en mi, fue el que yo me permitiera anular los prejuicios.
Cada cultura es muy particular, tiene mil matices diferentes, y debemos estar abiertos a ellas, sin prejuicios.
Si tuviese que mencionar un común denominador que caracterice a los distintos puebles ¿cual sería? Porque así como hay cosas que nos separan, también hay cosas que nos unen e identifican.
Es difícil. Pero podría decirte que, si hay algo que nos caracteriza a todos es lo que hablábamos recién de los prejuicios que tenemos los unos de los otros. Eso genera una traba muy fuerte en la comunicación, en la comprensión.
Y no solo pasa a nivel internacional, sino a nivel nacional y local. Cuando se habla de los porteños, se piensa en su loca carrera diaria, y se los define desde allí…. pero yo no vivo así, por lo tanto no reconozco en mi esta característica “general”, y no me adoso este rótulo social. Creo que el punto pasa por la necesidad de sintetizar.
Por eso debemos tener cuidado con el origen de las compañias que manejan la información, porque manejando, la información manejan nuestros puntos de vista, sin que podemos siquiera advertirlo.
Claro que manejan nuestros puntos de vista. Volvamos al tema de los árabes. ¿Te imaginás lo que es escuchar televisión de un lado y del otro?
Yo estuve en Israel y escuché lo que se decía en su televisión y luego en Jordania hice lo propio.
De lo que en un lado se considera ataque, del otro se considera defensa. Esto verdaderamente impresiona y nos muestra como una misma realidad toma matices diferentes, dependiendo del lugar del planeta desde el cual se la mire.
Por eso es importante construir desde el juicio y no desde el pre-juicio.
¿Es posible la objetividad en el periodismo?
Yo no creo en la objetividad periodística, ni para bien, ni para mal. Cuando uno escribe lo hace desde una ideología determinada.
Rubén, compartimos plenamente con Usted esta necesidad de rescatar lo mejor del ser humano, sobre todo porque estamos viviendo una época en la que debemos potenciar nuestra búsqueda de crecimiento interior y nuestro equilibrio, para permitirnos pensar en la existencia de un mundo mejor. Indefectiblemente ¡todo pasa por el amor!
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