Las Historias de Ibrahim

¡Desplegá tus alas y animate a volar!


Hablar de la libertad que nos genera el estar suspendidos en ese espacio infinito, que nos cubre imperceptiblemente cada instante de nuestras vidas, es hablar de una pasión tan incontenible como la que genera el fútbol.

Quien ama los aviones, no puede desprender de su mente -un solo instante- la imagen de las alas jugando en el cielo; como así­ tampoco puede apagar de sus oídos, el sonido de los motores anunciando el despegue.


"¡Vuelen!" - nos dijo un amigo uruguayo, en su diario de vuelo... "Ninguna droga puede provocar emociones más fuertes que un avión. Volar cambia a las personas... El mundo, la vida, la gente... ¡todo se ve distinto: con otra perspectiva, con profundidad!... Enfrentar condiciones atmosféricas adversas al mando de un avión templa el carácter. La cabina educa más que todas las universidades del mundo"




UNA EXPERIENCIA QUE NO TE PODES PERDER...

¿Un consejo? Desprendete de cada pre-juicio que adoptaste caprichosamente a lo largo de tu vida, soltá los miedos que llevás dentro y animate a volar. ¡¡El aire nos seduce desde su infinidad y desde esa paz que todo lo puede armonizar!!

Muchas veces, por miedo a lo desconocido, nos quedamos sin experimentar nuevas sensaciones y nos privamos de ponerle a la vida ese condimento que necesitamos para que suba nuestra adrenalina y nos saque de la rutina que nos consume cada día, sin que siquiera podamos advertirlo.




Dijo L. da Vinci alguna vez...
"Una vez que has probado el vuelo, caminarás sobre la tierra con la mirada levantada hacia el cielo, porque has estado allí­ y querrás volver"